¿Y si todo hubiera empezado ahí, entre los barrios de San Telmo, Barracas y La Boca? Es lo que aseguran algunos historiadores, aquí Pedro de Mendoza fundó la Ciudad de Buenos Aires en 1536. Allí donde el siglo XVIII la Real Compañía de Filipinas vendía esclavos, el terreno fue comprado por José Gregorio Lezama y cedido a la ciudad en 1889. El francés Charles Thays estuvo a cargo de su remodelación, como también en el parque Tres de Febrero en Palermo.
Donde actualmente se encuentra el anfiteatro, lugar de acérrimos partidos de ajedrez entre los jubilados del barrio, había un lago, hace un poco más de un siglo. Si bien el parque Lezama tiene un aspecto más deteriorado que su homólogo palermitano, no deja de ser un espacio verde atractivo y muy popular con su feria que tiene lugar todos los fines de semana y su topografía serpenteada. Allí se encuentra el Museo Histórico Nacional, antigua casa de José Lezama.
Los alrededores del parque también valen la pena: en la esquina de Defensa y Brasil, dos cafés históricos se enfrentan, el Bar Británico y el Hipopótamo. Siguiendo por Brasil, el restaurante Lezama es también un gran clásico del barrio con su especialidad de mejillones con fritas y vino blanco.
Y no se pierdan, justo al lado la iglesia ortodoxa rusa con sus cúpulas azules. La proliferación de buenos restaurantes y cantinas donde ir a comer alrededor de la avenida Caseros (Hierbabuena, la Popular de San Telmo) es signo de que el barrio está renaciendo.
Parque Lezama
Entre las calles Brasil, Defensa, Paseo Colón y la Avenida Martín García
Abierto todos los días y todo el año