Bares ocultos, el encanto de lo escondido

Algunos bares ocultos en Buenos Aires, los secretos bien guardados de la Capital.


La época de la prohibición y su Ley Seca en Estados Unidos dejó muy pocas cosas buenas. Una de ellas fue la creación de bares ocultos por pura necesidad: allí se disfrutaba alguna bebida como una especie de solaz para el espíritu de quienes se sentían cansados al final del día.

Primero tendríamos que diferenciar entre Bares Ocultos (o Hidden Bars) y un speakeasy. El bar oculto es aquel que a primera vista no da ninguna señal específica de ser un bar, puede ser una casona vieja o un portón común y corriente, nada indica que está ahí, pero los afortunados saben que es cuestión de tocar y pasar.

El Speakeasy tiene un concepto más complejo. Se busca esconder el bar dentro de otro local ya existente que no tenga nada que ver con él, para así disimular y pasar desapercibido. Por esto los camareros de la década de los 20, cuando se les quería pedir un cóctel prohibido, les decían a los clientes “speak easy” para evitar a los agentes de la policía.

A pesar de que ya terminó esta época hace mucho, los bares ocultos sobrevivieron. El encanto de lo prohibido y el amor a disfrutar de un lugar escondido se perpetuaron en el tiempo.

Escondido detrás de la fachada de un café en Palermo, está Victoria Brown, con una estética steampunk. Una vez que pasan la pared del fondo se sienten en Londres en plena época victoriana.

Relativamente cerca está el Harrison. Para poder entrar es necesario tener membresía o se puede comer en la parte delantera del bar que es usada como fachada. Una vez pagada la cuenta pueden solicitar visitar «la bodega de vinos» y así te invitan a pasar por un antiguo armario y entran a un espacio que revive los años 20.

Frank’s es un tema aparte. Entre los mejores bares del mundo según World’s 50 Best Bars. Para acceder se requiere estar al tanto de las redes sociales para encontrar la contraseña, seguir las instrucciones y hacer una reserva. Uno de los mejores Old Fashioned de la ciudad.

Entre Recoleta y Retiro encontramos uno de los mejores: Floreria Atlantico. A primera vista parece una florería, pero al abrir la heladera donde se deben conservar las flores, se desciende a una mezcla entre sótano y bodega de barco que te lleva a otro mundo.

Por la zona de Villa Crespo, está el promotor de toda esta movida: el 878. Para acceder basta decir que ya se es mayor de 13 años, y cabe destacar que tanto la barra como la comida es de primera. 

Uptown sólo está delatado por la larga fila para entrar, que existe casi siempre. La entrada parece ser una estación de subte, incluso se pasa por un vagón original como parte del recorrido para llegar al bar en sí.

Por Belgrano está Puerta Uno como otro pionero de los bares ocultos. Bajo un toldo se toca el timbre, los chequean por una mirilla y deciden si pueden entrar a su mundo mágico.

También en la zona encontramos La Calle Bar, mucho más informal, oculto detrás de una pizzería y donde podrán disfrutar de un espacio urbano y juvenil.

SECRETO BAC: Eter Club, en Villa del Parque, es un exclusivo espacio con sala de conciertos y bar. Antes había que ser introducido por algún habitué o por contacto directo con el dueño del lugar. Ahora están un poco más flexibles, pero sigue siendo un ambiente exclusivo y privado.


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