Grapín es un restaurante gastronómico vegetariano y delicado, en pleno corazón de San Telmo.
Grapín, bar de vinos y restaurante, ha abierto recientemente sus puertas en pleno corazón de San Telmo. Un viaje culinario completamente vegetariano que vale la pena vivir.
He estado viviendo en San Telmo durante varios meses y debo admitir que me sorprendió cuando vi este nuevo establecimiento que se destaca por su elegancia en medio del encantador desorden del barrio.
La historia de Grapín
El edificio de Grapín data de 1907, anteriormente era una sociedad de agricultores. El nombre Grapín se inspira en el racimo de uvas. El fundador, Lenny Lennon, también fundador de La Puerta Roja y Banco Rojo, y Emmanuel Frascheri, el gerente, son ellos mismos del barrio de San Telmo.
Quisieron crear un restaurante vegetariano porque, según ellos, había pocas opciones vegetarianas de buena calidad en San Telmo. Además, dejaron de considerar que era una moda: «En realidad, está para quedarse y encontramos una buena manera de darla a conocer». Les gusta jugar con las texturas y los sabores, definiéndose como un restaurante de pastas, champiñones y queso. Lenny me confió que después de más de 20 años en la gastronomía, nunca ha trabajado en un establecimiento tan armonioso, ya sea por la cocina, el servicio o los comentarios positivos de los clientes.
Finalmente, una frase que me gustó mucho: «Somos de este barrio y lo amamos; San Telmo merecía un lugar como este».
Un viaje gastronómico
Cuando entramos, nos recibió cálidamente el personal. El lugar está magníficamente iluminado gracias a una gran claraboya en el techo. Hay pocos objetos, se siente que cada uno tiene su lugar justo. Atraídos por el bar de mármol, el elemento central, nos sentamos allí para tomar un aperitivo.
En la carta de «happy hour» (de 18 a 21 horas), optamos por un «tapeo» y una copa de vino entre las infinitas propuestas de la bodega. El servicio es atento y muy cuidadoso. Un sommelier viene a contarnos la historia del vino que estamos bebiendo, su origen y sus notas específicas.
Música tranquila, decoración minimalista, luz tenue. Por la noche, las velas están meticulosamente dispuestas sobre cada mesa. Los colores cálidos tranquilizan y crean ese espacio íntimo que acompaña las conversaciones en voz baja. También hay un pequeño salón con sillones y un sofá para mayor privacidad.
Es hora de pasar a la cena; nos dirigimos hacia el maravilloso patio exterior, que luce una pared de flores blancas y algunas guirnaldas.
Grapín en dos palabras: chic y vegetariano
En el menú, puedes elegir entre picar varias entradas calientes y frías para compartir que son todas más ricas unas que otras. Otra opción: elegir 5 platos a base de pasta fresca. Siendo vegetariana, me doy cuenta del desafío que representa ofrecer un menú 100% sin carne ni pescado, con opciones veganas. Mi novio, fanático de la carne, encontró la carta muy apetitosa y original. Nunca había comido lasañas tan refinadas y deliciosas al mismo tiempo. ¡Los carnívoros deben estar preparados!
Para acompañar tu plato, puedes evidentemente pedir consejo sobre el vino u optar por un cóctel clásico o especial (ver más abajo). Tenés malbec, pero también otras alternativas con taninos más suaves (pinot, criolla…).
Si aún te queda lugar para más, hay por supuesto postres que estoy ansiosa por probar.
Noches especiales, degustaciones grupales
Grapín organiza muy seguido noches con bartenders y DJs. Puedes reservar tu mesa en línea e incluso planear una degustación de vino para un grupo o empresa.
En resumen, Grapín es una experiencia culinaria tanto por el espacio dedicado, el servicio como por su gastronomía, simple y justa.
Bolívar 938 – San Telmo
De martes a sábado de 18:00 a medianoche
