Consejos para disfrutar la experiencia y saber siempre qué vino elegir.
Todos nos hemos enfrentado a esta misma sensación frente a una carta de vinos. ¿Para qué lado ir? Jugarla seguro, con lo conocido, dejarnos sorprender por lo nuevo…
Elegir tu vino en una vinoteca es una cosa. Pedir el vino adecuado en el restaurante es otra. Con eso en mente, algunos consejos de cómo elegir un vino en un restaurant, sin recurrir al ta-te-ti y disfrutar el momento. Acá van varios consejos…
Para elegir un vino, lo primero es… conocerse a uno mismo
Antes de conocer de vinos, para elegir el buen vino, tenés que conocer a los que lo van a tomar. Hay quienes consideran que el vino es quien lo bebe.
Todos los vinos pueden ser los mejores cuando se beben en el lugar correcto, con el ánimo específico y con la compañía precisa.
El mismo vino puede ser exquisito si se tuvo un buen día u horrible si se descorcha después de un sinfín de malas decisiones.
Entonces, saber lo que a uno le gusta es el primer paso y para eso hay que probar.
Probar, catar, degustar para aprender cómo elegir un vino
Cada uva tiene su personalidad, su característica, su color, lo que hace en la boca. Y cada uva, dependiendo de cómo y dónde creció, actúa de una manera u otra, desarrolla determinada característica o no. Cuando vas a elegir un vino, tendrás que tomar en cuenta todas estas variables.
Aplicar una técnica de decantación para ir de lo general a lo particular es un primer paso. Descorchar vinos y prestar atención para responder algunas preguntas como: ¿me gustan las burbujas o prefiero un vino con cuerpo que lo sienta en la boca después de tomarlo? ¿Me gusta que me piquen los cachetes de la acidez o sentir el dulzor al final?
Y así mil preguntas porque, por ejemplo, el malbec de Salta no es lo mismo que el malbec de Mendoza ni de Neuquén. Pero, ¿te gusta el Malbec o la rudeza del Tempranillo es lo que te hace feliz?
Conocer palabras claves
Cuantos más elementos tenga un vino, más complejo será. Sin entrar en tecnicismos y para no morir en el intento, palabras claves que están en todas las cartas que indican complejidad y encienden alarmas al momento de elegir un vino:
- Blend (más de una variedad de uva),
- DOC (denominación de origen, que es de una región específica),
- reserva, gran, añejo (tres palabras que implican que el vino tiene poco, mucho o algo de paso por barrica).
De menor a mayor
¿Quién dijo que se tenía que elegir un (solo) vino? Si se va a ordenar más de una bebida como un trago o distintos vinos, siempre se tiene que ir de más claro a más oscuro, de más joven a más añejo, de más refrescante a más tanínico. Porque así como no se inicia una cena con el postre, tampoco se lo hace con el vino más pesado.
La importancia del maridaje para elegir un vino
El maridaje, que es combinar la comida con la bebida para exaltar sabores y texturas, es un arte en sí mismo y, como tal, depende de quien lo experimenta. Siempre el gusto personal le gana al maridaje, aunque existen algunas pautas (no definitivas) para hacer que la experiencia gastronómica sea más elevada.
- Como regla general, aunque de ningún modo excluyente: cuanto más roja la carne, más oscuro el vino. Cuanta más grasa en el plato, más oscuro el vino.
- Un ejemplo fácil: el vino blanco y el pescado se llevan perfecto. Ahora si el pescado es acompañado por una salsa grasosa, se puede agregar complejidad al vino e invitar a la madera a agregar algo y optar por un blanco reserva, o a un vino tinto suave como un pinot noir joven, no rojo intenso.
- Algo que no falla es unir regiones. Los platos y vinos que pertenecen a una misma región suelen triunfar en el maridaje. Si se come un cordero patagónico, un vino patagónico es la opción más lógica.
Dejar el orgullo de lado y dejarse asesorar para elegir un vino
No todos los restaurant tienen sommelier que te puedan ayudar a elegir un vino, pero siempre hay alguien que sabe. Preguntar qué recomiendan con lo que se ordenó es un primer paso. Eso no implica elegir un vino que el otro sugirió sino tener una opinión más o menos experta en el tema.
En el intercambio siempre se pueden agregar comentarios como prefiero un vino así o vi que tienen este vino del que nunca oí nada, ¿me contás un poco?. Esto ayuda a que la recomendación esté adaptada, no solo a la comida, sino también al comensal.
Qué vino no pedir
Si bien Marcela Rienzo, presidente de la Asociación Argentina de Sommeliers afirma que “las perlitas están en los niveles iniciales de precio”, no es recomendable elegir el segundo vino más económico.
Para no parecer tacaños y por desconocimiento se suele pedir el segundo vino más barato que suele ser el que tiene más aumento en el precio, es decir, pagás más por menos calidad. Guiarse por el precio nunca garantiza la experiencia.
Si se sabe lo que a uno le gusta y se deja asesorar, si se agrega un poco de aventura para explorar opciones dentro del presupuesto y se entiende que todos los maridajes pueden ser perfectos, si a vos te gusta la combinación, descubrir joyitas en las cartas es el mejor plan.