El circuito foodie de Caballito

Cuenta una leyenda urbana que, a los vecinos y vecinas de Caballito, suele darles un poco de fiaca salir de sus inmediaciones. Sea cierto o no, la realidad es que se trata de un barrio siempre está dispuesto a recibir invitados, lleno de restaurantes y ofertas gastronómicas de lo más variadas.

Café para disfrutar al aire libre

Una de las características de este barrio es que cuenta con dos de los parques más visitados y bellos de la Ciudad de Buenos Aires: el parque Centenario y el parque Rivadavia.

Bordeando el primero, se encuentra Zen Pacha, una cafetería de especialidad en la que también puede disfrutarse de tés fríos y dulzuras preparadas en base a matcha. Recomendación: sentarse en la barra a disfrutar de la vista que ofrece la arboleda.

Por su parte, decorado como si se tratase de una antigua sastrería, Sastre Café ofrece también cafés de especialidad. Cold brews, flat white y americanos son algunas de las bebidas que prepara el barista. Ideal para sentarse a leer en sus mesitas de la vereda.

Ubicado casi frente al Parque Rivadavia, Preto Café es el lugar ideal para retirar la bebida que más te guste y llevarla para disfrutar sentado/a en el pasto o en alguno de los bancos del parque. También ofrecen deliciosos alfajores, budines y brownies para acompañar.

Los que siempre te salvan

Si estás organizando un plan con amigos, el Patio de los Lecheros puede resultar una gran opción. Esto se debe a que dispone de varios rincones espectaculares para sacar fotos; hay una gran diversidad de food trucks y se puede compartir la mesa (a pesar de haber comprado en diferentes puestos). Comida griega, pescados, postres y tragos son algunas de las opciones que pueden degustarse.

Para los fanáticos de las hamburguesas, hay un local imbatible en el barrio: Tierra de nadie. En esta hamburguesería hay variedades para todos los gustos, desde las más clásicas (con queso, tomate y lechuga) hasta otras de sabores más complejos como la “3 hot chilli pepper” con una combinación de picantes. También hay opciones vegetarianas.

En caso de que el plan sea disfrutar de una cerveza bien fría (¡pero no cualquier cerveza!), el recomendado es el bar Bélgica. Además de contar con una gran variedad, en el local sirven cada tipo de birra en su correspondiente vaso, copa o chopp. Ideal para quienes quieran aprender un poco más sobre esta bebida.

Finalmente, conocido sólo por quienes viven en sus alrededores, La esquina de Rojas es un bodegón en el que, por un precio súper accesible, pueden disfrutarse de algunos platos clásicos como carré de cerdo al caramelo o ravioles de cordero con salsa de hongos.

Delicias de afuera

Los fanáticos de la pastelería francesa, no pueden dejar de visitar la boulangerie (con cafetería incluida) llamada Co Pain. Allí se pueden probar panes con chocolate, macarons y croissants acompañados por una infusión. También se puede adquirir baguettes y panes saborizados para llevar.

Otra opción para sentirse de viaje es Ronconcón, un restaurante en el que los sabores latinos son los protagonistas. Algunos de los platos imperdibles son los patacones con carne mechada; y el asado negro (con salsa de café, mandarinas, puré de calabaza y tostadas de maíz).

Los grandes clásicos

Quienes quieran conocer el corazón del barrio, no pueden eludir El Viejo Buzón. Con sus banderines, camisetas y demás accesorios del Club Ferro, este local fue seleccionado como “Notable” por el Gobierno de la Ciudad. Es un sitio ideal para disfrutar de una cerveza bien fría acompañada por alguna de sus minutas incluidas en la carta. 

También seleccionado como “Notable” tras haberse convertido a lo largo de los años en el lugar de reunión preferido por los coleccionistas de estampillas y monedas, El Coleccionista es el mejor sitio para hacer una parada técnica antes o después de un paseo por el Parque Rivadavia. Tostados, medialunas y picadas son algunos de los clásicos imperdibles del menú.

Para algo dulce

Torta de moras, brownies y café con Nutella, son algunas de las opciones dulces que ofrecen en Arena Café. Esta nueva cafetería cuenta con un patio súper canchero al aire libre que permite disfrutar de una rica merienda durante una tarde de sol.

Si sos fan de la pastelería dulce pero organizaste un plan con alguien que disfruta más de lo salado, la panadería La Blonde es el mejor lugar para cerrar la “grieta”. El local cuenta con mesas en la puerta y un barista súper atento. Allí se pueden probar masitas secas, brownies y budines pero también sanguchitos de miga, scones de queso y panes saborizados.

Por su parte, aquellos que gustan de la alta pastelería, pueden darse un gusto al probar algunas de las delicatessen de Es Ruiz, el espacio creado por el maestro chocolatero y pastelero Eduardo Ruiz. Ubicada en el Barrio Inglés (¡uno de los más lindos de la zona!), esta confitería ofrece desde chocolates hasta tortas, bombones y postres.

Finalmente, si de churros se trata, Caballito tiene dos grandes opciones: Alen Delon con sus clásicos rellenos con dulce de leche y otros gourmet, como los de “chocotorta” y los que contienen pasta de maní. Por su parte, en El Topo, pueden encontrarse también algunas variedades poco habituales, como los rellenos con queso cheddar, hummus o roquefort.

Un tip secreto BAC

Si te interesa el mundo del vino, no podés dejar de conocer Mr. Wines, también conocida como La cueva de Musu, una vinoteca súper destacada en este ambiente. Recomendación: chequear periódicamente sus redes sociales porque suelen realizar catas, eventos y charlas.


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Maria Eugenia Mastropablo
Maria Eugenia Mastropablo
Periodista y amante del arte. En búsqueda de todos aquellos sitios de la Ciudad que vale la pena conocer.
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