Recoleta supo ganarse la reputación de zona más sofisticada de Buenos Aires. No se puede negar que es un barrio con clase. Además de su glamurosa arquitectura francesa, el gran número de museos y centros culturales, los verdes parques y avenidas y el cementerio con sus grandes personajes históricos, también nos ofrece un elegante repertorio culinario para todas las exigencias, así que si el mediodía los sorprende caminando por estos lados, ¡considérense muy afortunados!
Tendríamos que comenzar por Croque Madame, donde recomendamos todas las variaciones de este sándwich parisino y luego cerrar con un petit gâteau au chocolat (volcán de chocolate con helado de crema y almíbar de naranja). El bonito local está ubicado en el Museo Nacional de Arte Decorativo, en cuyos elegantes salones ofrecen un breve viaje al siglo XVI.
Para satisfacer sus antojos dulces más profundos, no se piensa dos veces: directo a Pani por un sándwich de queso de cabra, garrapiñada de nueces y frutos rojos, dejando espacio para su espectacular chocotorta. Y en esta zona hay tantas opciones que tendrán que almorzar varias veces: no pueden dejar de ir a Camping por una cerveza artesanal bajo el sol y una tortilla de papas, al mejor estilo de un biergarten alemán.
En Farinelli (cerrado) conseguirán todo fresco y hecho con cariño. Su menú cambiante ofrece cosas como tartas de panceta, espinaca y queso brie o croquetas de queso azul y champiñones. ¿Postre? Por favor un pastel de coco, dulce de leche y crema. Para darse un verdadero gusto burgués está el menú ejecutivo de Milion en su encantadora casona restaurada (puede ser una merluza al limón y por supuesto, uno de sus famosos cocktails).
Una pausa zen encontrarán en Tea Connection y su ensalada de langostinos, palta, naranja y tomates cherry, acompañada de su magnífico té en hebras. Siguiendo la onda saludable, otra estrella es Be Juice cuyos icónicos jugos (que por cierto están en nuestro top 5) se pueden acompañar con una ensalada de pollo al curry con perejil, morrones, tomates, cous cous y mix de verdes.
Pero no todo es necesariamente lujo. Para antojos menos “gourmet” tienen un par opciones: una porción de la aclamada muzza de El Cuartito, ya casi llegando al centro ; o unas empanadas de lomo picante con una buena cazuela de mondongo argentino a precios de fábrica en Cumaná. Por último, un lugar que ya es orgullo local: la hamburguesería Mi Barrio y sus gloriosas preparaciones con nombres de los barrios porteños. Para honorar al barrio más chic de la ciudad, pidan la hamburguesa “Recoleta” con 160 gramos de carne, rúcula, brie y cebolla caramelizada.
Si quedan muy llenos no desesperen, pueden “desinflarse” con un paseo por el Cementerio de Recoleta, el Palais de Glace o el Museo Nacional de Bellas Artes.
Foto: Página web de Pani