El Mamut es una fiesta itinerante al aire libre, única en Buenos Aires, que combina las «3 P»: Poesía, parrilla y perreo.
¿Tienen esto de la sensación de bajón del domingo a la tarde? Esa tristeza / nostalgia con algo del cansancio no saldado, sumada a la preocupación por encarar nuevamente la dinámica rodante de la productividad para el lunes… ¿La tienen? Pues bien, acá se viene una recomendación alegre, diversa, cuidada, de una familiaridad que abraza y contiene para ese tipo de situación.
¿Cómo es el Mamut?
El Mamut es una fiesta fuera de lo normal; no sólo porque se hace en domingo, sino porque es de la tarde y no tanto de la noche.
Se trata de un “ritual” en palabras de Simur (uno de sus organizadores), en el que se lee / escucha poesía, se baila; se ranchea con amigues y desconocides. La diversidad de sus actividades goza de un extraño equilibrio entre el desmadre y el juicio: de lo visceral y espontáneo del contexto de fiesta junto a lo profundo y letrado de la poesía.
Es pues, el ritual de “la triple P: poesía, parrilla y perreo”; que en tanto definición parece una relación de conceptos casi irónica (por contradictoria para los fundamentalistas de las fiestas, de la poesía o incluso de la parrilla argentina).
Mi primera vez en El Mamut
Yo conocí El Mamut un día de septiembre; salí corriendo con una amiga a una tardeada que prometía poesía, perreo y “chori”; aquel día hacía calor así que apenas llegamos al lugar (para esa ocasión la cita fue en el patio de una casa en San Telmo), me hice a un vino con soda y fruta (“tinto de verano”, pero en primavera) y mi amiga a una cerveza.
A nuestro alrededor se conformaba una “juntada” enorme de amigos o quizás una fiesta íntima a plena luz del sol junto a una pileta que estaba prohibida de usar.
En esa primera experiencia a lo largo de la tarde vimos aparecer por tandas a los poetas (que son invitados y van cambiando de un Mamut a otro), luego el reggeaton del viejo, algo de bachata de la nueva y como corona del encuentro un “certamen de perreo”; qué mejor final que avivar el desfogue en los cuerpos que con el beat de otro poco más de reggeaton y cumbia nacional. Así, se configuró una tarde “de picos” que celebra Lo apolíneo y Lo dionisiaco en un espacio de convergencia entre ambos tipos de placeres.
¿Cuándo y dónde se hace el Mamut?
Generalmente se hace en domingo (aunque una que otra vez puede caer o en viernes o en sábado), inicia de día y termina a la noche y por ser un evento al aire libre, si el clima ayuda, se despierta a un Mamut cada dos o tres semanas.
Intinerante: sus locaciones tienden a cambiar (aunque ha encontrado cuna en algunos espacios en los cuales se ha celebrado repetidamente: como en la Sala Siranush en el Palermo más central o en la Plataforma Nave, un espacio que se distancia un poco del barullo citadino).
Como vieron, bastante heterogénea la cuestión; en un Mamut se convive de maneras distintas con personalidades diversas en una misma tarde. Y es ese vaivén de incompatibilidades en su propuesta lo que se torna su elemento más valioso, la diferencia y la convivencia, como forma de acceder a links variopintos y ayudarnos a hacerlos uno al habitar juntos un mismo (nuestro) cuerpo.
Así que, si el domingo les pinta de bajón, no olviden que muy posiblemente en algún lugar de la ciudad se puede estar despertando a un Mamut.
El Mamut
Domingos (cada 2 o 3 semanas) de 15h a 22h
(La primera hora el ingreso es libre y gratuito)
Para más info revisar sus redes