Paseo de la Historieta, los personajes más queridos de Argentina

¿Otra vez un paseo entre San Telmo y Puerto Madero? “Más de lo mismo”, “ya lo conocemos”, nos dirán ustedes. Pero… Buenos Aires Connect les propone esta vez un nuevo y original paseo que no se cansarán de recorrer una y otra vez. ¿Por qué?, se preguntarán.

Porque es en esta parte de la capital donde se rinde homenaje a los principales personajes de historietas que marcaron a distintas generaciones de argentinos. Y como siempre es lindo descubrir nuevas facetas de nuestra amada Buenos Aires, aquí van nuestro itinerario con toque caricaturesco y divertido, para no olvidar al niño que todos llevamos dentro.

Mafalda, Susanita y Manolito

El circuito comienza en el barrio de San Telmo, en la esquina de Chile y Defensa donde podemos ver a la famosa y adorada Mafalda junto a dos de sus amigos: Susanita y Manolito. Creada en 1964, esta historieta marcó a la clase media intelectual en la Argentina de los años 60 y 70.

Mafalda es una pequeña niña que ama The Beatles y que siempre está preguntándose sobre grandes temas como: hacia dónde se dirige la humanidad, la paz en el mundo o el legado del mundo de los adultos que en definitiva, cada vez que les pregunta algo, ninguno sabe darle respuestas muy satisfactorias…

Hoy en día, sigue siendo una de las historietas más conocidas y leídas por los argentinos. Leer a Mafalda es también comprender un poquito más de Argentina, por más de que sus preocupaciones y las de sus amigos reflejen un carácter universal. El creador de esta niña cuestionadora y sin edad, Quino, logró darle a cada uno de sus personajes, una identidad y características tan representativas y a su vez tan distintas como las de una clase media en una Argentina de hace aproximadamente cuarenta años.

Isidoro Cañones

Continuando por la calle Chile, en la esquina de Balcarce podrán divisar al segundo personaje: Isidoro Cañones. Esta caricatura, de un personaje muy carismático y del típico “playboy-chamuyero” de Buenos Aires, fue creada en 1935 por Dante Quinterno.

Isidoro aparece como un joven irresponsable, que viene a representar un clase social rica y poderosa en una época del país en la que éste se dedicaba a gastarle el dinero a su tío, el Coronel Urbano Cañones. Pero a pesar de este detalle, todos llegan a querer a este personaje picarón, seductor y divertido.

Y también logra lo que pocos personajes: mostrarnos dos facetas bien opuestas, querible e insoportable a la vez. Isidoro Cañones el joven dandy que vive en casa de su tío multimillonario y que mientras espera su herencia, se dedica a gastarle toda su fortuna.

Larguirucho y Súper Hijitus

Al doblar a la izquierda por Balcarce, se encontrarán con Larguirucho y Súper Hijitus. Los dos personajes creados en 1955. El primero, caricatura de un personaje de barrio, “buena onda” pero no muy astuto y muy apreciado por los niños por sus expresiones y algunas actitudes bien argentinas. El segundo, que apareció por primera vez en uno de los episodios de las “Aventuras de Pi-Pío” es un compañero bastante tierno que vive en las cercanías de Trulalá, con su leal perrito Pichichus. Cuando se entera de alguna injusticia, Hijitus utiliza sus súper poderes que saca de su galera y se transforma en superhéroe con capa y hasta una hélice. Tuvo un gran éxito cuando comenzaron a transmitirse los capítulos de sus historietas por televisión entre 1967 y 1974.

Matías

Un poquito más lejos, yendo hacia la Avenida Belgrano, siempre por la calle Balcarce, verán al pequeño Matías: un niño con cara de travieso, simpático e ingenuo. Su mundo gira en torno a su escuela, su casa y su barrio. Su imaginación, miedos y deseos, construyen el eje de esta caricatura. Con la simplicidad del pensamiento que caracteriza a los niños, él trata de comprender el mundo de los adultos, con ayuda de su mamá y sin olvidar de hacer las cosas típicas de todo chico.

Don Fulgencio

Un poco más lejos, siempre por Balcarce: Don Fulgencio. Creado en 1938 por Lino Palacio, Don Fulgencio nos muestra ese lado infantil que todos tenemos. Inocente, simpático, bonachón, hace de todo para no crecer ni afrontar la vida aburrida de los adultos. El adulto que no tuvo infancia…

Clemente

Media cuadra más lejos, está el fanático del fútbol y las mujeres que fue furor y sigue haciéndonos reír cada vez que lo sacamos de la biblioteca: Clemente. El genial dibujante Caloi lo creó en 1973 y supo transmitirle ese típico aire criollo rioplatense por excelencia con mucho humor y originalidad. Personaje crítico de la realidad argentina, Clemente sólo piensa en una cosa: ser jugador de fútbol con la camiseta de su querido Boca Juniors y luego, por supuesto, llegar a clasificar para formar parte del seleccionado argentino. Clemente, la caricatura de un apasionado argentino.

Chicas Divito

Llegando finalmente a la esquina de Belgrano y Balcarce, nos topamos con las Chicas Divito, de Guillermo Divito. Sensuales y con curvas, estas mujeres representan el estereotipo de la mujer argentina hiperfemenina, urbana y moderna de los años 1950 y 1960. Algunos diseñadores hasta afirman haber creado varios de sus diseños inspirándose en estos dibujos con sus llamativas minifaldas, flores en el cabello o llamativas pulseras. Lo cierto es, que para muchas mujeres de esa época, las chicas Divito eran de alguna forma, sus modelos para copiar o simplemente admirar.

Patoruzú

Bajando por la avenida Belgrano, luego de cruzar Paseo Colón, nos encontramos con Patoruzú. Creación del año 1936, este cacique de la tribu tehuelche es generoso, modesto, valeroso, solidario, con alma de justiciero, noble y por sobre todas las cosas con una integridad de hombre luchador. Su primera aparición pública fue el 19 de octubre de 1928 en la historieta “Aventuras de Don Gil Contento”, en el diario Crítica, con el nombre de Curugua-Curiguagüigua. Patoruzú es el sobrenombre de este héroe indígena, que nació del nombre de una de las golosinas más populares de aquélla época en Argentina: las pastillas Oruzú.

Patoruzito e Isidorito

Justo al lado, están Patoruzito y su amigo Isidorito. Patoruzito (formato miniatura de Patoruzú) también es un niño modesto, valiente, fuerte, con ese espíritu “criollo” (más vivo que Patoruzú) y muy generoso. Su personalidad se opone a la de su amigo Isidorito. Una oposición sobre la cual gira esta historieta que retoma los jóvenes años de Patoruzú y que supieron forjar ulteriormente su carácter.

Gaturro

Sin alejarnos de la avenida Belgrano seguimos con: Gaturro. Personaje creado en 1993, se trata de un gato con aires de héroe pero soñador y observador del mundo. Su gran imaginación y astucia lo caracterizan, aunque pareciera que a veces su personalidad se mimetiza con el personaje con el cual interactúa. Nik, su creador, siempre hace que sus reflexiones nos dejen perplejos más de una vez por su profundidad no tan gatuna…

Don Nicola

Y llegamos al barrio de Puerto Madero. En la avenida Alicia Moreau de Justo y Azucena Villaflor podremos divisar a Don Nicola. Nació el 11 de julio de 1937 y apareció por primera vez en la revista “¡Aquí está!” con el nombre de “Conventillo 1937”. En esa época, el dibujante Héctor Torino realizó la amable caricatura de un joven y su vida cotidiana a través de un personaje de barrio, específicamente del barrio de La Boca. Don Nicola es un italiano bastante simpático que se expresa con la jerga característica de los inmigrantes de Génova que vivían en el barrio porteño a fines del siglo XIX.

Negrazón y Chaveta

Una cuadra más adelante, sobre la calle Juana Manso, están Negrazón y Chaveta, los dos creados en 1971. Estos personajes peculiares fueron creados por el apodado “Gordo Cognigni”. Estos habitantes de alguna zona poco favorecida de Córdoba, siempre se trasladaban en una “Moto Puma”, también de origen cordobés y todo un símbolo de la industrialización argentina de esos años. A pesar de su lenguaje con bastante lunfardo, los dos compañeros supieron llegar al corazón de todos sus lectores con sus delirantes y humorísticos diálogos.

Diógenes y el Linyera

Si continúan por la Avenida Marta Lynch, verán aparecer a Diógenes y el Linyera. Creados en 1977 por la mano de Tabaré y con diálogos escritos durante años por Carlos Abrevaya y Jorge Guinzburg para la contratapa de Clarín. ¿Qué argentino no conoce a estos dos personajes? Una tira de humor que fue un éxito.

Langostino y Corina

Si seguimos recorriendo la Avenida Marta Lynch, podremos reconocer a Langostino y Corina. Personajes que nacieron en 1945 gracias a la imaginación de Eduardo Ferro. La historieta marcó toda una época con sus dibujos humorísticos impecables y sus viñetas sin igual. Además, ésta ha sabido contar con habilidad y un arsenal de recursos gráficos una historia llena de ritmo y movimiento impresionantes.

Inodoro Pereyra y Mendieta

Un poco más lejos, nos encontramos con la obra del gran Roberto Fontanarrosa. Esta historieta es en realidad una parodia de la idealización que se hizo del gaucho pampeano argentino, específicamente del gaucho de Martín Fierro, con el nombre de Inodoro Pereyra. Gaucho solitario que reflexiona sobre la vida, siempre está acompañado por su perro Mendieta y suele recibir a extraños personajes en su rancho modesto. Otro clásico que vale la pena leer.

La Jirafa

Y llegamos al final del recorrido, en la Avenida de los Italianos. En Argentina, Guillermo Mordillo fue conocido por sus dibujos humorísticos sin diálogos, que en general trataban sobre el amor y el deporte, incluyendo animales en sus creaciones y representando siempre algún momento característico de la vida. La Jirafa es uno de los personajes que se pueden apreciar en sus historietas y ahora en este interesante recorrido.

Para terminar el paseo, aprovechen y entren al Museo del Humor (MuHu), que seguramente les sacará más de una sonrisa. Y sí, háganse el tiempo para dar este paseo, por qué no con alguna historieta a mano y disfrútenlo como si fuera su primera travesura, al mejor estilo del entrañable Don Fulgencio.

Paseo de la Historieta
San Telmo & Puerto Madero
Todos los días
Paseo libre y gratuito

Foto: Gobierno de la ciudad de Buenos Aires

Versión de Agustina Pasqualini
Traductora pública de francés, apasionada por el idioma y la comida de todo el mundo. En parte bretona y porteña a la hora de salir elijo descubrir los lugares con ese "no sé qué" indescriptible.
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