Narda Comedor no se parece a ningún otro restaurante de la ciudad. Es una experiencia amena y distendida, que entremezcla perfectamente una cocina de muy alta calidad camuflada detrás de platos falsamente sencillos, y un ambiente relajado que los supone como la cosa más común del mundo. No hay sofisticación ni extravagancias, sino pulcritud y certeza. ¡Sean bienvenidos!
El lugar y el emplazamiento ya son un hallazgo. Se trata de una suerte de galpón en el Bajo de Belgrano, justo enfrente de la plaza Parques Nacionales Argentinos y a la izquierda del Paseo de las Américas. Al pasar por la gigantesca puerta blanca de metal con una ventana circular –lo que podríamos llamar una puerta soñada-, entramos a un ambiente agradable, lleno de vida y sobre todo muy blanco: los ladrillos, las vigas, la escalera donde los pasos han comenzado a comer la pintura y dejado entrever el metal. El estilo es hogareño y moderno a un mismo tiempo. La barra a la izquierda tiene asientos ovalados algo futuristas, mientras las mesas son de madera, comunes y silvestres. Hay dos preciosos detalles: sillas de madera con parrillas que recuerdan el mobiliario escolar y una tabla de metal agarrada a la mesa donde poner las bebidas. Por último, los ventanales que dan a la calle inundan el lugar de luz natural y terminan por conquistar nuestra simpatía.
Al final del local, vemos la cocina abierta, lo cual demuestra una confianza que siempre se agradece. La carta muestra un evidente espíritu internacional y cosmopolita, y representa bien a su autora, la chef Narda Lepes, que ha viajado por el mundo buscando sabores. Está dividida en platos chicos y platos grandes. La idea del lugar: todo al medio y todo para compartir. No pidan dos platos principales, lo cual va a resultar bastante caro, sino varios platos chicos. Así, van a poder probar una gran cantidad de sabores y créannos que sus paladares lo van a agradecer.
Estrellas del lugar que no deberían perderse: el puré de papas con jugo de carne y la tempura de vegetales. También probamos el arais de cordero crocante (una hamburguesa chata de cordero entre pan pita con salsa de yogur y muchas hierbas arriba junto con pickles de cebolla). Por otro lado, al mediodía hay un menú ejecutivo imperdible: cada día tiene un color, con acompañamientos preestablecidos y uno elige la proteína: tierra, mar, huevos o queso halloumi. Viene con bebida y postre.
También podemos ir a Narda Comedor a merendar y esa sería una increíble idea. Pueden probar la tarta vasca con conserva de alguna fruta de estación, por ejemplo, tomates de árbol de Jujuy o higos. También hay budines, Gordipochi (galletas de chocolate con pistachos) y un especial que es de nuestros favoritos: pasteles de Belem, pasteles portugueses adornados en este caso con frutos rojos. Todo esto está dispuesto en mesas a la entrada… como para no tentarse.
Una de las premisas de Narda Comedor, por las cuales nos encanta este lugar y nos pone felices su éxito, es generar una cocina conciente. Es decir, que promueva una alimentación sana ofreciendo platos que cubran todas las vitaminas, proteínas y carbohidratos necesarios. Por otro lado, una cocina que se mueve con las estaciones, que se acopla a los ritmos de la naturaleza y a los de la producción regional, que usa productos frescos, orgánicos y de buena calidad. Por último, una cocina al tanto del desperdicio que genera la industria gastronómica y que tiene como compromiso reducir la contaminación, el exceso y evitar que la comida se tire.
Narda Comedor es lo que podríamos decir un lugar redondo. Se come bien y se la pasa bien. Todo es agradable: el ambiente, la atención, la comida, pero esta afirmación está lejos de ser naive, ya que, como dijimos, se trata de una cocina que nos interpela, que cuestiona la manera en que consumimos y nos alimentamos. El restaurante, además, está emplazado en una manzana gastronómica. Justo al lado está Sucre, el restaurante del que Fernando Trocca es chef ejecutivo, en la esquina está Dandy y dando la vuelta Cucina Paradiso de Donato de Santis. ¡No tienen más que elegir!
Narda Comedor
Mariscal Antonio José de Sucre 664 – Belgrano
Tel: 6131 0664 –reservas por Whatsapp-
Lunes a sábado de 8h30 a 23h30 y domingo de 8h30 a 20h
Precios: $ $ $