Apasionado por la enología y crítico de vino, Florent Michel nos propuso compartir su pasión revelándonos sus hallazgos y preferencias entre tintos y blancos (y también espumantes). Y como nos sentíamos algo perdidos, debemos confesarlo, le pedimos que nos haga una pequeña introducción, como para guiarnos dentro del laberinto vitícola local.
Viñedo, geografía y cepas
Hay muy pocos números, pero para recordar la superficie de los viñedos, acuérdense de 8, 2 y 8. Francia cuenta con 800.000 hectáreas de viñedos (de las cuales 120.000 destinadas sólo al “Bordelais”), Argentina con 220.000 y Uruguay con 8.000, para tener una perspectiva. Argentina y sus 25.000 viñedos colecciona los récords mundiales: con las viñas más altas del mundo (región de Salta, hasta 3.100 metros), con viñas de más de cien años (en Mendoza algunas tienen más de 120 años) y las viñas más australes del mundo (El Hoyo en la provincia de Chubut).
Este viñedo está dividido en cinco grandes regiones, la principal, la de Mendoza (incluyendo San Rafael) concentra 70% de la producción del país (o sea 150.000 hectáreas), el resto se divide entre San Juan, La Rioja, Salta y Patagonia. La importante diversidad de climas y de suelos/subsuelos necesita técnicas muy distintas de vinificación. Uruguay posee, incluso con un terreno de vides mucho más modesto, 250 bodegas entre las que se encuentran algunas muy notables concentradas al noroeste de Montevideo en la región de Canelones. Dos países, dos cepas: el Malbec para Argentina (alrededor de 70% de la producción total de tintos), conocido en Francia con el nombre de Cot (vinos de Cahors), el Tannât para Uruguay (40% de la producción, el equivalente en Francia de la cepa Madiran). No olvidemos a Chile donde la cepa dominante es el Cabernet Sauvignon (43% de la producción) reina de las cepas bordelesas.
Sin embargo los vinos chilenos no son de los más numerosos por estas tierras, competencia obliga… Además del Malbec, Argentina produce una cantidad muy variada de cepas y algunas cepas únicas como el Torrontés (Salta y Mendoza) o incluso el Caladoc (cruza entre garnacha negra y Malbec realizado por el INRA en Francia en 1958…). En realidad, también encontramos de todo por acá: Bonarda, Merlot, Pinot Noir, Cabernet Sauvignon, Cabernet Franc, Tempranillo, Petit Verdot u otros para los Gamay y para los blancos, Chardonnay, Chenin, Sauvignon Blanc, Sémillon e incluso Malbec vinificado en blanco. En Uruguay, junto al Tannât, también encontramos Merlot, Pinot Noir, Cabernet Sauvignon, Chardonnay, Sauvignon blanco, Pinot Gris y Albariño.
Vinificación, vinos y bodegas
En esos últimos veinte años se pueden comprobar grandes avances en la vinificación con mejoras en los procesos, en los equipos (separadoras automáticas, prensadoras de uva neumáticas), en los instrumentos (refractómetros para conocer directamente el índice de azúcar/alcohol de la uva cosechada) y la llegada de enólogos de la talla de Michel Rolland, Paul Hobbs o Atilio Pagli. Las bodegas utilizan las técnicas de vinificación clásicas en tanques de cemento o acero inoxidable, para luego pasar a la etapa de crianza en tanques o barricas de roble francés o americano.
La chaptalización (agregado de azúcar antes o después de la fermentación) no existe, ya que contrariamente a Francia, en donde todavía subsiste a pesar del calentamiento climático, el contenido de azúcar en las uvas es muy importante, debido a la exposición solar y al calor. Los vinos pueden alcanzar una graduación alcohólica que puede llegar hasta los 16 grados de alcohol. El promedio es de 14 grados y un poco menos para los blancos. Es frecuente el agregado de pedazos (chips) de madera como también de ácido tártrico (para compensar la falta de acidez de jugo demasiado rico en azúcar).
Las viñas reciben un regado por goteo o a veces por inundación, esto último prohibido en Francia en la mayoría de las reconocidas denominaciones de origen. En Uruguay, debido a la pluviometría, las viñas no reciben irrigación.
Más que vinos de guarda (que se conservan y envejecen bien), Argentina produce vinos “para beber”, es decir, botellas que pueden consumirse el mismo año de su producción. Guiño para nosotros europeos, que excepto raras ocasiones (como con el Beaujolais) no bebemos nunca un vino del año. En Argentina y Uruguay, las vendimias se realizan a fines de marzo/principios de abril y el proceso de vinificación puede terminar a partir de fines de septiembre, especialmente para los blancos. Estos dos países prefieren los varietales, es decir que en la producción sólo se utiliza una cepa. Existe una tendencia a desarrollar vinos de corte (multivarietales) especialmente de alta gama.
Generalmente, una bodega propone entre tres y cinco gamas de vinos. Un primer precio generalmente con viñas jóvenes y una vinificación simple y corta realizada en tanques de hormigón o acero inoxidable. Una segunda gama llamada “reserva”, producida con viñas más maduras y un almacenamiento en barrica durante 6 a 12 meses, incluso más. Y luego un producto de alta gama producido con viñas añejas, uvas seleccionadas, parcelas determinadas y una vinificación en barrica durante 12 meses como mínimo. Finalmente, las ediciones de vinos especiales, incluso experimentales (cosechas especiales, nuevos varietales, experimentación de cortes). Para terminar, también se suele encontrar una gama de vinos espumosos, tipo vino de aguja o espumantes, a veces utilizando incluso el método de corte de Champagne. También observamos la aparición de vinos “orgánicos” lanzados por algunas prestigiosas bodegas.
Consumo, tendencias y bodegueros
Argentina conoce de vinos y lo consume. Alrededor del 75 % de la producción de vino se consume localmente. Al uruguayo también le gusta el vino, consume 90% de su producción… En Argentina, el tinto representa 80% del consumo, pero el blanco avanza y los rosados también comienzan a aparecer. Estos dos países exportan, especialmente a Estados Unidos, Brasil pero también a Inglaterra o a Alemania.
Una de las ventajas para los que viven en la región es que la mayoría de las exportaciones concierne los vinos de primer precio o gama media. Los vinos de alta gama y los de guarda se consumen localmente y se exportan mucho menos. ¡Considerémonos privilegiados ya que entonces tenemos acceso a la mejor producción!
¿Dónde podemos encontrar los vinos en Argentina y en Uruguay? Existen varios canales de distribución. Los supermercados de barrio, los hipermercados y las vinotecas. Debido a las fuertes amplitudes térmicas en el país y a las condiciones de almacenamiento que a veces dejan qué desear (a veces por desconocimiento), es importante elegir bien el lugar donde comprar vino. No es raro ver stocks de vinos en las playas de estacionamiento de los grandes supermercados, expuestos al calor y a la luz. Por lo tanto se recomienda ir a una vinoteca en donde las condiciones de manipulación y almacenamiento deberían ser más favorables, aunque el precio sea más alto (si podemos evitar por algunos pesos más, el papelón de llegar a una cena con una botella oxidada o picada…).
En Argentina, las cuatro grandes cadenas de vinotecas son Winery, Ligier, Grandcru y Tonel Privado. En Montevideo, Los Dominguez o Vinoteca Le Caviste. Y como en Europa, también se encuentran las vinotecas de barrio.
En resumen, ¡hay para elegir!