No importa la hora, a la salida del teatro en calle Corrientes, el estómago comienza a dar señales de hambre. ¡No se preocupen! Al igual que los teatros, la oferta gastronómica abunda sobre la Broadway porteña a tal punto que decidirse resulta un tanto complicado.
Por supuesto en Buenos Aires cuando pensamos en calle Corrientes, pensamos en pizzerías. Además de los teatros y librerías, es en cierta forma lo que hace al encanto de esta típica avenida porteña, incluso la vuelve una atracción turística. El gran clásico, imprescindible y primero de la lista es sin duda Güerrín, que humildemente los esperará con “la migliore pizza del mondo” en italiano, como no podía ser de otra manera. En frente, en La Americana encontramos algo similar pero esta vez con “la reina de las empanadas”. Del otro lado del Obelisco, hacia plaza de Mayo, se lleva los aplausos Las Cuartetas, y corre con la ventaja de estar menos llena. Todas tienen la misma estética: luces frías de neón, mismo ambiente un poquito ruidoso a veces. Si buscan algo distinto y más tranquilo, entonces vuelvan hasta Los Inmortales donde las dimensiones son más íntimas.
A veces salir del circuito tradicional de la conocida avenida puede resultar toda una hazaña en búsqueda de nuevos descubrimientos culinarios. Para animarlos basta tomar alguna de las calles adyacentes y encontrarán una “institucion” de la noche porteña, al estilo bodegón: Chiquilín. Es una parrilla sobre la calle Sarmiento donde podrán deleitarse con todos los tipos de cortes y cocción que se les ocurra de carne asada. Por último, y para los que quieren otro tipo de especialidades, en las inmediaciones de Corrientes se asombrarán con algunas propuestas originales. Por un lado, Sattva, restaurante vegetariano, por otro, Zum Edelweiss, restaurante alemán que propone platos como choucrut o goulash. ¿Quién dijo que Corrientes es una avenida sin sorpresas?
Foto: Luis Argerich