Strange Brewing, alquimia y brebajes de un mapache cervecero

Strange Brewing quizás sea de las mejores cervecerías que hemos probado hasta el momento. No es convencional en ningún sentido: ni en la cerveza, ni en la ambientación, ni en el lugar, ni en la comida. Piensen que su logo es un mapache teniendo sexo con un perro. Si no la conocen, deberían ir. Y si fueron, ¡entonces vayan de nuevo!

Llegamos una noche y nos encontramos con un montón de personas “rancheando” afuera del local porque estaba explotado de gente. Entramos y no podíamos creer el galpón enorme que escondía la fachada. Caminamos hasta un mostrador hecho con libros viejos y nos pusimos a leer las pizarras, al ritmo de música excelente al volumen perfecto. La luz cálida y escasa le da al lugar un atractivo hermoso. Espiamos hacia un costado y vimos, para nuestra sorpresa, enormes tanques de metal conectados con tubos. Strange Brewing es fábrica y bar al mismo tiempo y en el mismo lugar.

Gracias a las amables personas de la barra, nos dimos cuenta (como ya el logo y el nombre nos habían anticipado) que estábamos en el mundo de lo híbrido y de la sana locura. Acá las cervezas tienen los mejores nombres (por ejemplo, “No llores, Uvita”, “Jugo Galáctico”, “Não Contém Fruta”), los lúpulos de distintas latitudes se fusionan para despertar sabores inenarrables y las uvas al Malbec, por decir un ejemplo, transmiten su sabor gracias a una secreta alquimia a este líquido prometedor de felicidad. La NEIPA (New England IPA) -suave, cítrica, sedosa y fresca- es una de las joyas del lugar y el resultado de la magia de Strange Brewing. Otra curiosidad: cuando vuelvan a ir, no van a encontrar las mismas cervezas , porque toda la producción es artesanal y cambia según las circunstancias y la voluntad de sus creadores.

La historia detrás de Strange Brewing está a la altura de la cervecería. En el comienzo también estuvo la hibridación: un sudamericano más un nórdico. Torstein Hoset, de Noruega, y Ramiro Galperín, de Argentina, se conocieron estudiando literatura en California. Comenzaron a hacer cervezas para amigos, para fiestas, y luego se les ocurrió el proyecto de empezar una cervecería propia. Manejaron en auto desde EEUU hasta la Argentina. Fueron 7 meses de leer, de surfear, de divertirse y de gestar el proyecto que se concretaría en el destino. Llegaron a un galpón en ruinas del barrio de Colegiales que parecía promisorio y al emprendimiento también se sumaron tres amigos, Tomás Urban, Håvard Lenes y, por último, Evert Lara. Con mucho esfuerzo, comenzaron a montar el bar/fábrica que conocemos hoy y al que le pusieron un nombre inspirado en la canción “Strange Brew” de Cream.

En resumidas cuentas, Strange Brewing es un mundo hecho de bizarreadas, ensueños cerveceros, comodidad fraternal y muchas risas. No hay un lugar que se le parezca y su ubicación es bastante interesante también. Se encuentra en la misma manzana que el Teatro Vorterix, donde se hacen recitales y algunas de las fiestas más concurridas de los fines de semana, como Plop y Puerca.

Strange Brewing
Delgado 658 – Colegiales
Tel.: 1559666462
Miércoles a jueves y domingos de 18h a 0h30, viernes y sábado de 18h a 1h30

Santiago Hamelau
Santiago Hamelau
Soy escritor y traductor. Me encanta leer, viajar, ir al cine y visitar museos. Saco fotos como hobby y tengo un espíritu curioso.
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