Inmersión en el corazón del carnaval de Río de Janeiro, una fiesta popular que va mucho más allá de la semana de programación oficial. ¿Qué representa realmente esta celebración para los cariocas y el resto de los brasileros?
Bienvenidos al Carnaval de Río, el evento popular número uno de todo Brasil. Al pie de estas gradas al aire libre, desfilan las diferentes escuelas de samba de Río. Estamos a más de 2500 kilómetros del Obelisco y del carnaval de Buenos Aires, quizás menos frenético que el brasileño, pero que también vale la pena visitar. Seguinos y acompañá los pasos de los bailarines aficionados, que convergen acá para observar el desfile del famoso sambódromo de Río.
El Carnaval de Río: ante todo una cuestión de trajes
A pocos minutos del inicio del desfile, nos encontramos con Mariana Carlou, acompañada de su madre. «Es una historia de transmisión de generación en generación. Mi madre y mi abuela me enseñaron todo sobre la historia del carnaval, de Río y Brasil.» Al paso del primer carro de la noche, ambas derraman algunas lágrimas.
Por supuesto, los trajes son sublimes, las danzas precisas y los carros impresionantes… Pero su emoción se explica más por la carga simbólica : «Como personas negras en Brasil, procedentes de una población que ha sufrido mucho racismo, el carnaval se convierte en la oportunidad de celebrar nuestras raíces, nuestras costumbres, nuestra fe.»
Cada detalle cuenta. Como la presencia de plumas en los trajes del carnaval, que recuerda los trajes tradicionales africanos y el renacimiento de los espíritus. Recordemos que la samba nació entre las poblaciones de esclavos llegados de África a Brasil.
1932: año del primer desfile oficial
En la pista central, los cortejos se suceden. En las tribunas, el público canta a pleno pulmón en cuanto reconoce una canción. «El carnaval es mi religión. Vivo once meses del año esperando este mes de celebración», confiesa Pauleo Vitor, presente por vigésimo año consecutivo.
Naranja, amarillo, verde, azul, todos los colores están presentes. Junto a Pauleo se encuentra Evendro Santos. «El carnaval para nosotros es la felicidad, y en particular en Río», declara Evendro. «Es un evento durante el cual la gente crea una conexión especial entre sí. Los ricos, los pobres… Todo el mundo participa para crear una atmósfera única.»
Vivir el carnaval de Río
Decenas de miles de personas caminan en fila delante, detrás o sobre enormes carros. Roberta Fioravanti viene a ver el carnaval desde pequeña. «Al crecer, entendí todo lo que representaba», confiesa la joven. «Acá, todas las poblaciones de Río se dan cita. Las favelas, todo tipo de barrios… Todas las comunidades se mezclan.»
Después de casi seis horas de espectáculo, la velada y la noche están a punto de terminar. A punto de marcharse a casa, Roberta concluye: «El Carnaval de Río es tan importante para nuestro país. Hoy, es sin duda el elemento más sólido de nuestra cultura.» Bajo los 240 focos luminosos del sambódromo, los músicos, cantantes y bailarines terminan sus procesiones. Cada uno de ellos lo saben: el carnaval de Río es mucho más que lentejuelas y baile.