Paseo de la gloria, homenaje a las leyendas argentinas del deporte

Con motivo de los Juegos Olímpicos de la juventud que tendrán lugar en 2018 en la capital argentina, la ciudad de Buenos Aires inauguró, el bien llamado Paseo de la gloria. Se trata de un paseo que bordea la Costanera Sur, sobre la avenida Dr. Tristán Achával Rodríguez, y en donde se pueden apreciar diez estatuas de grandes deportistas que marcaron la historia del deporte argentino.

Todas las obras fueron realizadas por el artista Carlos Benavidez, reconocido escultor de Argentina (creó los bustos de San Martín, Belgrano, Sarmiento, Borges, Cortázar, el “Che” Guevara, Mercedes Sosa, Astor Piazzolla y Sui Géneris), cuyo prestigio cruzó el Atlántico para llegar hasta Europa.

Les presentamos a los diez deportistas excepcionales transformados, para que puedan apreciarlos de cerca y cuando quieran, en obras de arte:

Emanuel Ginóbili

La primera estatua que van a ver es la del basquetbolista nativo de Bahía Blanca, Manu Ginóbili. Es el argentino que supo conquistar el básquet internacional hasta llegar a la NBA, y adoptar los colores del Spurs de San Antonio. “El Manu” es uno de los únicos jugadores de la historia del básquet (en compañía de Bill Bradley) que recibió los mayores títulos que se pueden recibir: NBA (cuatro en total), una Euroliga y medalla de oro en los Juegos Olímpicos para la Argentina en 2004. Y si a estos campeonatos le agregan el Campeonato Américas, un título de subcampeón mundial y el dos veces disputado All Star Game, obtendrán una leyenda increíble.

Guillermo Vilas

Nacido en 1952 en la capital porteña, Vilas es el primer jugador en dejar su huella en el tennis argentino. Zurdo y experto jugador en polvo de ladrillo, también fue el primer tennisman del país en ganar un torneo del Grand Slam (Roland Garros), US Open en 1977 y el Open de Australia en 1978 y 1979). También alzó la copa 62 veces en el circuito ATP. Un monstruo.

Gabriela Sabatini

Siguiendo con el deporte de la pelotita amarilla, la estatua de la joven Gabriela Sabatini también vive en Puerto Madero. Después de llegar a la semifinal de Roland Garros a sus 15 años, poco a poco y a lo largo de su carrera llegó a acumular 27 títulos de los cuales uno fue el de Grand Slam (US Open 1990) y dos Masters. Impecable, sobre todo si recordamos que por aquellos años 1980-1990 una tal Steffi Graf dominaba el circuito internacional…

Roberto De Vicenzo

Tal vez el menos recordado de todos, este ex jugador de golf profesional dejó sin embargo su marca en la historia del golf argentino y sudamericano en general. 230 opens, 3 títulos mundiales en el PGA Tour y otro en equipo con la selección argentina en Canadá en 1953. Sin dudarlo, De Vicenzo merecía definitivamente su lugar entre los mejores deportistas.

Luciana Aymar

“Lucha” o “La Maga”, los adjetivos sobran para definir a la que varios expertos consideran como la mejor jugadora de la historia del hockey sobre césped. Y por si fuera poco, se consagró como mejor jugadora de hockey del mundo en ocho oportunidades, cuatro de ellas consecutivas (de 2007 a 2010, y en 2001, 2004, 2005, 2013), lo que permitió a la selección argentina (Las Leonas) alzar dos veces el título de Campeonas del Mundo, dos medallas de plata Olímpicas y tres Juegos Panamericanos. La rosarina, no cabe duda, también merecía su estatua entre los grandes.

Lionel Messi

Otro rosarino considerado uno de los mejores jugadores de todos los tiempos en su deporte, aunque ya no necesite presentación, es Lionel Messi. Único quíntuple Balón de oro, mejor goleador de la historia del campeonato de España y primer jugador tres veces ganador del Botín de oro, su fama sobrepasa el mundo del deporte. ¡Vamos Lio, te queremos ver alzar la gran copa del mundo y así nadie más pondrá en duda lo que salta a la vista, que el crack del fútbol es “La Pulga” Lio Messi.

Pascual Pérez

El «León Mendocino» es nada más y nada menos que uno de los mejores boxeadores de la historia en la categoría peso mosca. Después de traer la medalla de los J.O. de Londres en 1948, pasó a profesional en 1952 para arrasar con dos títulos de Campeón del Mundo (1954 y 1960). A lo largo de su recorrido profesional, se enfrentó en 92 peleas, ganando 84 veces (solamente un empate y siete derrotas) de las cuales 57 fueron por K.O. ¡Ante el menor desafío… mejor darle su merecido lugar en el Paseo de la gloria!

Hugo Porta

Hugo Porta bien pudo haber sido futbolista. Descubierto por Boca Juniors en sus años jóvenes, finalmente optó por el balón ovalado. Y lo bien que hizo, ya que la historia de amor duraría veinte años. Considerado uno de los mejores jugadores de su época, capitán de Los Pumas, la selección argentina de rugby. Porta forma parte del International Rugby Hall of Fame y del famoso IRB Halll of Fame. Y ahora también del “hall” de los mejores deportistas de Costanera Sur

Diego Armando Maradona

En una villa nació, fue deseo de Dios, crecer y sobrevivir a la humilde expresión. Enfrentar la adversidad con afán de ganarse a cada paso la vida. En un potrero forjó una zurda inmortal con experiencia sedienta ambición de llegar. De cebollita soñaba jugar un Mundial y consagrarse en Primera, tal vez jugando pudiera a su familia ayudar…

A poco que debutó, -“Maradó, Maradó”- “la Doce” fue quien coreó, “Maradó, Maradó”. Su sueño tenía una estrella llena de gol y gambetas… y todo el pueblo cantó: “Maradó, Maradó” nació la mano de Dios, “Maradó, Maradó”. Sembró alegría en el pueblo, regó de gloria este suelo…

Carga una cruz en los hombros por ser el mejor, por no venderse jamás, al poder enfrentó. Curiosa debilidad, si Jesús tropezó, por qué él no habría de hacerlo. La fama le presentó una blanca mujer de misterioso sabor y prohibido placer, que lo hizo adicto al deseo de usarla otra vez involucrando su vida. Y es un partido que un día el Diego está por ganar.

Rodrigo Bueno: “La Mano De Dios”. Un tema musical típicamente argentino cantado por otra leyenda pero del cuarteto cordobés. Un verdadero himno “maradoniano” que resme muy bien la vida del “Pibe de oro”.

Juan Manuel Fangio

Considerado también como el mejor de todos los tiempos, pero en esta ocasión en la disciplina mayor del automovilismo (Fórmula 1), El Chueco se consagró cinco veces campeón mundial (en 1951, 1954, 1955, 1956 y 1957). Cinco, como las veces que también lo logró en tierra argentina, en el Autódromo Juan y Oscar Gálvez de Buenos Aires. En lo que se refiere al hombre, fue la fiel imagen del mito que dejó. Un  mito que describió muy bien el fundador de la Escudería Ferrari, Enzo Ferrari: “Lo vi por primera vez una primavera de 1949 en el autódromo de Módena. Había otros pilotos pero mis ojos lo siguieron a él. Tenía un estilo insólito: era el único en salir de las curvas sin siquiera tocar las pacas de paja que se encontraban en las orillas exteriores. Me dije: “¡Este argentino es realmente bueno, sale como bólido y sigue firme por el medio de la pista! En cuanto a su persona, nunca llegué a comprenderlo verdaderamente. Juan Manuel Fangio para mi seguirá siendo un personaje indescifrable…”

Ya saben, el Paseo de la gloria, que próximamente recibirá la undécima estatua: la del nadador José Meolans, es un trayecto intermedio para recorrer después de visitar el barrio de Puerto Madero y antes de llegar a la Reserva Ecológica de la Costanera Sur que se encuentra justo en frente de este magnífico corredor.

Paseo de la gloria
Av. Dr. Tristán Achával Rodríguez – Puerto Madero
Todos los días
Paseo libre y gratuito

Foto: La Razón

Versión de Agustina Pasqualini
Traductora pública de francés, apasionada por el idioma y la comida de todo el mundo. En parte bretona y porteña a la hora de salir elijo descubrir los lugares con ese "no sé qué" indescriptible.
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