Surgida a fines del siglo XIX a partir de la construcción del ramal ferroviario Luján-Pergamino, Carlos Keen es una de las joyas imperdibles del microturismo de fin de semana en Buenos Aires. Ubicada a apenas una hora del centro porteño, esta antigua colonia rural es conocida por su bien conservado predio ferroviario (con granero incluido) que hoy hace de “plaza central”.
Cada fin de semana, allí funciona una feria artesanal de productores locales de quesos, dulces, encurtidos, plantas aromáticas y embutidos. Muchos de estos sabores también pueden degustarse en la casi decena de restaurantes de campo que abren sus puertas a partir del mediodía. En ellos, el menú no se reduce a carnes rojas y empanadas. Déjense tentar también por las pastas caseras, acompañadas por una buena salsa con hierbas aromáticas del lugar. En invierno, también se ofrecen platos autóctonos, como locro, polenta y guisos. Recomendamos el muy campestre restaurante María Gracia Carlos Keen.
Y, como no podía ser de otra manera, Carlos Keen también tiene su propia cervecería artesanal: la Keen que, además de los tres tipos clásicos (rubia, negra y roja), ofrece un blend propio (ahumado). La visita gastronómica puede complementarse con cabalgatas, paseos en sulkys y aladelta. El pueblo sirvió de escenario para filmar la novela argentina Vidas robadas, en la que el poblado tomó el nombre de Río Manso.
La mayoría de las construcciones datan de la década de 1930, cuando el pueblo conoció un vertiginoso crecimiento, llegando a contar con cuatro mil habitantes. De aquella época es la iglesia San Carlos Borromeo, de estilo neorromántico, con frente de ladrillos a la vista. El cierre del ramal ferroviario provocó un éxodo progresivo: hoy la población ronda las 500 almas.
Carlos Keen fue un abogado argentino descendiente de ingleses (hijo del inglés George Keen y Eloisa Vargas de Keen). Llegó a ser teniente coronel en la Guerra de la Triple Alianza en 1864 y murió años después, víctima de la epidemia de fiebre amarilla. Paradójicamente, nunca conoció el pueblo que hoy lleva su nombre: de hecho, ni siquiera lo habitó ni tuvo que ver con su fundación.
Cómo llegar:
En auto: tomar el Acceso Oeste y seguir por la Ruta Nacional N°7; pasando el ingreso a la ciudad de Luján, se encuentra el desvío hacia Carlos Keen.
En ómnibus: desde Plaza Italia (Palermo) y Plaza Miserere (Balvanera), la línea 57 ofrece servicios diarios regulares hasta Luján. Desde allí, se puede completar el viaje a través de la línea 503 de colectivos o remis.
En tren: desde la estación de Once, en Plaza Miserere (Balvanera), se ofrecen 3 servicios semanales hasta Luján. Desde la plaza central, se puede completar el viaje a través de la línea 503 de colectivos o remis.
Foto: El Granero