Parque Patagonia: la última de las maravillas argentinas

Esta vasta área protegida del noroeste de la provincia de Santa Cruz está compuesta por lagos, mesetas, valles y una porción de la cordillera de los Andes. Es el más joven de los destinos turísticos en Argentina. Una caja de sorpresas que no deja de abrirse, kilómetro tras kilómetro, paisaje tras paisaje.

 

El más joven de los destinos turísticos argentinos nació de la necesidad de proteger al macá tobiano, un ave endémica de la provincia de Santa Cruz, que fue descubierta recién en 1974. Es uno de los miembros de la familia de los podicipedidae, que cuenta con una veintena de especies en su árbol genealógico. Aunque ha sido observado algunas veces en territorio chileno, pasa su vida chapoteando en las lagunas de la meseta subandina de la región de Los Antiguos durante el verano, y en los estuarios de la costa atlántica (en particular el del río Gallegos) en invierno. Desafortunadamente, es una especie amenazada de la que solo quedan unos cientos de parejas. La creación del parque nacional Patagonia era, por lo tanto, indispensable para preservarlas y sobre todo para conservar el entorno natural que les permite reproducirse en verano, especialmente la meseta del lago Buenos Aires. A 1.000 metros de altitud, el macá vive una vida discreta, ocupado en buscar su alimento en aguas heladas y sobrevivir a vientos casi permanentes.

 

Todo para el macá tobiano

Aunque la región de Los Antiguos es conocida por las deliciosas cerezas que produce y exporta a todo el país y al extranjero, muy pocos viajeros se han atrevido a recorrer las vastas distancias de la Patagonia meridional para visitarla. El pueblo es de dimensiones modestas, construido a orillas del lago Buenos Aires, el segundo más grande del continente, compartido con Chile (del otro lado de la frontera, cambia de nombre y rinde homenaje al General Carrera, bañando las célebres catedrales de mármol).

Los Antiguos es un excelente punto de partida para visitar una región que también incluye los pueblos de Perito Moreno, Bajo Caracoles y Lago Posadas, así como sitios naturales e históricos como la Cueva de las Manos, Tierra de Colores o el Arco de Piedra del lago Posadas. Una gran parte de esta región está ahora integrada al parque, o forma parte de proyectos de extensión. La ONG Rewilding Patagonia, impulsora de este inmenso proyecto, sigue muy activa en la región y continúa creando infraestructuras, abriendo senderos y formando a jóvenes. Esta organización que fue creada originalmente – bajo otro nombre – por los filántropos estadounidenses Kristine y Douglas Tompkins, asocia estrechamente la protección de la naturaleza y el desarrollo del turismo. Es verdad solo se puede proteger a lo que se conoce bien… Y los macás tobianos necesitan ser más conocidos y mejor protegidos para poder sobrevivir. Futuras extensiones del parque permitirán aumentar las superficies clasificadas y hacer la conexión con el otro Parque Patagonia, que se encuentra en Chile, al mismo tiempo que se asocia el Parque Provincial Cueva de las Manos.

 

La Cueva de las Manos

El eje principal de la región es la Ruta 40, para circular entre Los Antiguos y Lago Posadas (el pueblo o el lago, según sea el caso). En el camino, las dos únicas paradas se hacen en Perito Moreno y Bajo Caracoles, un caserío donde se encuentran más calcomanías de clubes de motos en los vidrios del único bar local que casas a lo largo del camino. El trayecto está salpicado de sitios naturales y oasis, donde viven flamencos rosados, varias especies de patos y numerosas aves acuáticas. Tampoco es raro ver mulitas, choiques, maras o zorros. En cuanto a los guanacos, son parte integral del paisaje. Su presencia explica la de los pumas, que abundan en la región y se dejan entrever furtivamente, al doblar por una curva.

La principal atracción turística de la región es la Cueva de las Manos, uno de los principales sitios de arte rupestre de las Américas. Más que una cueva, se trata de un alero rocoso, que domina el Cañón del Río Pinturas. Este pequeño curso de agua, que tenía un caudal mucho más importante en épocas prehistóricas, ha cavado un profundo surco en la meseta. Este valle alberga hoy un oasis que forma una franja verde serpenteante en medio de los relieves ocres y amarillentos de la estepa.

Finalmente, otro sitio y otros colores: a cierta distancia de allí, se encuentra Tierra de Colores, un rincón de meseta donde la erosión ha dejado al descubierto varias capas de rocas de diferentes tonos pastel, que parecen haber sido pintadas por un acuarelista de la talla de Winslow Homer.

 

Cuadro de texto

El misterio de la Cueva de las Manos

El alero alcanza una profundidad de hasta 24 metros y se extiende a lo largo de casi 800 metros de barrancas. Aunque ha sido estudiado por numerosos arqueólogos, el sitio aún no ha revelado sus mayores secretos. Fue habitado y pintado durante varios siglos por grupos proto-tehuelches. Las capas más antiguas fueron realizadas hace unos 15.000 años y las más recientes hace menos de 5.000. La cueva es conocida por sus «negativos» rojos y ocres de manos; pero sus paredes también presentan escenas de caza, así como figuras geométricas y antropomorfas. No se conoce ni el origen ni el grupo étnico de los autores, ya que las pinturas rupestres son muy anteriores a las fechas generalmente aceptadas para la colonización de las Américas por grupos llegados de Siberia a través del estrecho de Bering.

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