Bogotá, la capital de Colombia, es una vibrante ciudad rodeada de montañas con una mezcla cultural sorprendente.
Desde los pintorescos puestitos en la calle, el verde de las plazas/parques por doquier, sumado a la amabilidad de la gente, empieza a salir a flote la onda de esta ciudad, la cual puede ser caótica por el mal tráfico en horas pico y por lo mismo también supremamente prolífica.
El contraste convive en Bogotá, con varios circuitos e hitos barriales conformados como un eco de identidades y de sentido de pertenencia. Conviven las prácticas tradicionales entre los capitalinos con experiencias alrededor a nuevas propuestas.
Presten atención porque lo que se viene son algunas de estas joyas entre típicas y novedosas para descubrir en su paso por aquí:
Trekking en Monserrate
El cerro de Monserrate es el emblema capitalino por excelencia, se sube a esta montaña religiosamente desde 1640 tras la fundación de la primera ermita en la cima. Actualmente se encuentra un santuario con una panorámica espectacular, que en las mañanas despejadas, ofrecerá un gran tramo de la cadena montañosa de Los Andes.
La idea es que el ascenso lo hagan por el camino escalonado a pie; pero como Bogotá está a una altura de 2625 msnm, lo recomendable es hacerlo tras haberse aclimatado un poco. También es mejor que suban entre semana y que madruguen, ya que al ser un atractivo religioso, los fines de semana sube muchísima gente.
Recorrido por centro histórico
El barrio La Candelaria, cuyo nombre viene de una figura religiosa española, cuenta con una arquitectura colonial de época digna de admirar con el fondo de las montañas, junto con uno que otro elemento curioso con el que se podrán topar mientras le recorren.
Muchas de sus calles, a diferencia del resto de la ciudad, están nombradas, verán cosas como: “calle del perro”, “calle de la alegría”, “calle de la fatiga”, “pecado mortal” entre otras, que apelan a historias propias del barrio. Hay 33 esculturas dispersas, propuesta artística del escultor Jorge Olave, que son representaciones de personajes icónicos que han pasado por sus calles y viviendas.
Terrazas y miradores
Por la zona centro podrán acercarse a dos lugares poco conocidos (incluso por los locales) para contemplar la ciudad, el cielo o sencillamente hacer una pausa rápida del ritmo acelerado desde las alturas.
El primer recomendado es el 5to piso de la Biblioteca Luis Ángel Arango, desde cuya terraza podrán apreciar (con la paz del ruido blanco de fondo) los cerros orientales y despliegue de la ciudad hacia el occidente.
Un poco más al norte, está la que fue por mucho tiempo la torre más alta de la ciudad: El edificio Colpatria, complejo de oficinas de la empresa financiera nacional, en la cual se organiza anualmente una carrera de ascenso para deportistas, tiene shows de pirotecnia en la celebración del año nuevo y cuenta con un mirador de acceso libre de viernes a domingo.
Juegos tradicionales y “pola”
“La pola” es el nombre cariñoso con que se conoce en Bogotá a la cerveza. Y la razón es porque a unas décadas de su llegada al país, en 1911, Bavaria (empresa de bebidas) lanzó “La Pola”, una cerveza en honor a Policarpa Salavarrieta, prócer de la liberación nacional frente la colonia española.
En este sentido tomar “la pola” se ha vuelto un plan que exalta sobre todo lo popular, en una juntada que sucede en tienditas de barrio, más que en pubs o bares; abaratando costos y sumando a la experiencia divertirse con la bolirana o el tejo.
Se recomienda: la tiendita Mi dianita para jugar bolirana como corolario de una travesía larga por los espacios culturales y turísticos del barrio La Candelaria y Tejo el rolo en el barrio Chapinero, ya en un sector algo más pudiente, que cuenta con una excelente cancha para practicar el Tejo, deporte nacional.
Los museos de Bogotá
El reconocido artista Fernando Botero cuenta con un museo en la capital, conformado con la generosa donación de su colección privada al Banco de la República; la cual cuenta con 208 obras, 85 piezas célebres del arte moderno occidental (Degas, Monet, Picasso, klimt…) Y 123 “boteros”.
Junto a este, se encuentra el Museo de Arte Miguel Urrutia, llamado así en honor a un banquero fiel impulsador de la cultura, que en su muestra permanente tiene obras representativas del arte colombiano y también obras de arte moderno.
Y para incentivarles a que conozcan otro sector, el último recomendado es el Museo de Historia Natural que acoge un gran registro de la fauna colombiana contenido en varias salas: sala de animales marinos, de artrópodos, de reptiles, sala de aves y por supuesto mamíferos.
Gastronomía local
A continuación algunos imperdibles:
El Tamal: Este plato tan característico de los desayunos colombianos (también insignia en las celebraciones decembrinas) es un símil de la Humita de sal argentina; se trata de una masa de maíz bien sazonada acompañada de carnes, vegetales y algunas legumbres, que en este caso viene envuelta en una hoja de Plátano o Bijao. Pueden probarlo en su versión más tradicional en el reconocido restaurante colonial La puerta falsa.
Frutas tropicales: Colombia goza de una gran cantidad de plantas que pueden ser exóticas si vienen de otro tipo de región. Por eso merece la pena una pasada por La Plaza de mercado de Paloquemao para dejarse sorprender por los colores y formas de la granadilla, el lulo, la guanábana, la chirimoya, el mangostino, el mamoncillo, el zapote, el chontaduro y la feijoa.
Ajiaco Santafereño: El Ajiaco es una sopa cremosa infusionada con Guasca (una hojita que le da el sabor característico) que lleva mínimo tres tipos de papa, pollo y vegetales. Se recomienda la versión del Restaurante Tolú en el segundo piso de La plaza de mercado de la Perseverancia, y la del restaurante Doña Elvira, un spot clásico.
Chocolate con queso/ Aguadepanela con queso: dadas las condiciones climáticas, no hay nada mejor que merendar un chocolate o una «aguadepanela» (bebida hecha a base de lo que en Argentina se conoce como azúcar mascabo) calientes, con queso y ojalá algún amasijo como garulla, almojábana o pandeyuca. Para este sacro ritual de tarde los recomendados son: La puerta de la Catedral y La olleta chokolateria.
Chicha: La chicha es una bebida fermentada a base de maíz, legado de los pueblos originarios. Y es irrefutable que el lugar ideal para probarla es el Chorro de Quevedo; por el ambiente festivo y por supuesto el sentido político de reivindicar prácticas ancestrales en un sector colonial.
Recomendaciones e info práctica
Comparada con Buenos Aires, hay un par de factores a tener en cuenta en Bogotá:
- En tema seguridad, ya que hay poca vida nocturna entre semana y sus espacios públicos no son tan transitados como la capital argentina, es importante tener precaución; evitar tener objetos de valor a la vista en la calle y para las salidas nocturnas procurar la compañía y sectores iluminados.
- El sistema de transporte público es integrado, lo que quiere decir que adquiriendo la tarjeta “tu llave” (la versión colombiana de la SUBE) pueden hacer uso de buses, Transmilenio y Transmicable, con posibilidad de combinación entre uno y otro (a veces sin costo adicional). Ojo, porque este NO funciona las 24 horas, cosa que complica un poco la movilidad sobre todo a altas horas de la noche y a la madrugada.
- Hay muchísimo tráfico, especialmente en horas pico, lo que es necesario tomar en cuenta al planear sus excursiones por la ciudad en horario diurno.
- En tema divisas, van a necesitar pesos colombianos. Western Union es una buena opción para enviarse a ustedes mismos el dinero desde su ciudad de partida y recibirlo en los días siguientes una vez arriben a Bogotá.
Si vienen desde Buenos Aires hay vuelos directos (generalmente ofrecidos por Aerolíneas Argentinas y Avianca) pero sin duda es mucho más económico tomar itinerarios con escalas (con Copa Airlines o LATAM).
La calidez humana que les aguarda (incluso abusando en el uso de buenas maneras) les acompañará en su paso, así que no teman pedir directrices o ayuda en cualquier situación, verán que la energía de sus anfitriones bogotanos será sin duda la calidez y el nicho en medio de esta fría e imprevisible ciudad.