El festejo de los hinchas del PSG en un bar de Palermo

En el corazón de Buenos Aires, hinchas del PSG vivieron la final de Champions League con una intensidad igual a la de sus amigos que se quedaron en Europa, a pesar de los 11.000 kilómetros de distancia que separan las dos capitales.


El reloj del Sullivan’s Irish Pub, en pleno barrio de Palermo, marca las 15:15 cuando las primeras siluetas cruzan la puerta de madera oscura. Es en este pub irlandés del fin del mundo donde decenas de hinchas del PSG se juntaron y están a poco tiempo de festejar como nunca en su vida.

En Buenos Aires, el fresco otoñal ya está bien instalado. Pero dentro del Sullivan’s reina una efervescencia de comienzo del verano europeo. Pocos minutos antes del inicio del partido entre París y el Inter de Milán, un olor a Guinness recién tirada flota en el ambiente cerrado del Sullivan’s. En las paredes oscuras, los homenajes a Lionel Messi y Maradona son numerosos. Siete pantallas gigantes transforman el espacio en un cine futbolístico donde cada ángulo ofrece una vista perfecta del lejano escenario europeo, que se apresta a vibrar.

Alrededor de las mesas de madera maciza, las pintas de rubias y de IPA ya se aprietan. La moza, María, una porteña de pelo castaño, acciona las canillas con firmeza. «Acá, en cada final europea es como si te trasladaras al Viejo Continente», explica, mientras seca sus vasos. Se entiende desde entonces que no habrá ningún trato especial para los hinchas del PSG. En Buenos Aires también, el partido se juega en cancha neutral.

A partir de las 15:45, van llegando de a grupitos. Los franceses primero, reconocibles por sus camisetas del club parisino. Vienen después los italianos, más discretos, que se ubican estratégicamente frente a la pantalla más grande. Finalmente, los argentinos, algunos hinchas del PSG, otros hinchando por los milaneses y otros que vinieron por la belleza del espectáculo.

La previa

La atmósfera se carga de electricidad. Las conversaciones se mezclan con un español teñido por acentos de todo el mundo. Otros hablan francés, inglés… «Uno se siente más cerca de casa acá que mirando solo frente al tele, desde su departamento», explica un joven francés, hincha del PSG, que está en Buenos Aires por un intercambio universitario, mientras saborea su birra.

En el Sullivan’s, la geografía se vuelve abstracta. Buenos Aires desaparece detrás de las pantallas, reemplazada por las tribunas del Allianz Arena transmitidas en vivo. El murmullo constante de las charlas se mezcla con los comentarios de la tele. En las mesas, los celulares reciben los mensajes de los amigos que están en Europa: «¿Ustedes también están mirando allá?»

«Venimos acá para sentir esa tensión que no podemos tener si nos quedamos solos», sostiene Amir, un ferviente hincha del PSG. Sus manos tiemblan ligeramente, lo que delata nerviosismo. «Para mí va a ganar el Inter, es obvio», pretende Barry, que interrumpió su luna de miel para seguir el partido en el Sullivan’s.

Mientras se acerca el pitazo inicial, la intensidad sube un escalón. Un mozo argentino zigzaguea entre las mesas, con la bandeja cargada, y observa con diversión a estos europeos desarraigados. «Si están tan apasionados desde Buenos Aires, ¿cómo serán cuando están en su casa?», le susurra a un compañero en español, provocando una sonrisa cómplice.

Un primer regalo para los hinchas del PSG

El himno de la Champions League suena en los parlantes. Un centenar de personas contienen su respiración.

El sol todavía brilla en Buenos Aires, y desde el minuto doce, Hakimi mete un gol inesperado para los parisinos. Se escuchan los primeros gritos de alegría. Todavía quedan 75 minutos de juego. Pero… ocho minutos después, otro gol para el PSG. Los hinchas del PSG presentes en Buenos Aires ya quieren entregarse al festejo. Sin embargo, lo saben, todavía no está nada definido.

Durante el entretiempo, los pronósticos vuelan. Algunos hinchas milaneses admiten que el Inter no está a la altura ese día. «Hay que decirlo… París realmente domina el partido» reconoce Barry. Para los hinchas del PSG, la aprensión dejó lugar a la emoción.

Un segundo tiempo explosivo

Mientras el sol empieza a ponerse sobre Buenos Aires, el partido se reanuda. Los tímidos aplausos de los hinchas del PSG dejan lugar a una fogosidad exaltante cuando, a los 63 minutos, Désiré Doué mete el tercero. El PSG entierra los sueños de una cuarta estrella para el club milanés, y los hinchas del Inter de Milán piden más IPAs para olvidar.

A lo largo de este segundo tiempo, las emociones se enraízan en las caras de los hinchas. Los del PSG muestran su alegría, ya apenas reprimida, los milaneses se hunden en la tristeza. Esta sensación única de compartir un momento histórico a pesar de la distancia que los separa de la acción vuelve la atmósfera electrizante.

El cuarto gol (firmado por Kvaratskhelia) es la cereza sobre el postre. Los hinchas del PSG reunidos en Buenos Aires tiemblan de alegría, los milaneses, por su parte, empiezan a pedir la cuenta para abandonar el bar lo más rápido posible.

Cuatro minutos antes del final, mientras Buenos Aires ya festeja la victoria del PSG, con sus hinchas, en pleno festejo, Mayulu mete el quinto y último gol del partido. «Soñábamos con esta primera estrella. ¡Está tan merecida!» festeja Amir, estadounidense-argentino, e hincha del PSG. En la mesa de al lado, otra hincha parisina, de unos veinte años, está llorando: «¡Es increíble, no sabía si iba a vivir esto algún día! ¡Nunca viví una alegría tan intensa!»

Durante todo el partido, no había más que este pub, sus pantallas, y la extraña magia en el corazón de los hinchas del PSG, que permitió abolir las fronteras, los husos horarios y los miles de kilómetros.

Estelle du Port de Loriol
Estelle du Port de Loriol
Française à Buenos Aires pour étoffer mes talents de journaliste !
12,786FansMe gusta
12,432SeguidoresSeguir
1,505SeguidoresSeguir

¿QUÉ HACEMOS ESTE FINDE?

Recibí los mejores planes para el finde directo en tu mail!