Si Palermo fuera mujer, indudablemente sería la “it girl”, la “fashion” de Buenos Aires, con el último grito de la moda, y ese aire entre frívolo y mundano flotando por el aire. “Trendy”, “gourmet”, “noctámbulo”, adjetivos modernos que le quedan estupendamente bien.
Durante el día, bajo el sol de Palermo y con la sombra de algunos edificios nuevos, los jóvenes porteños pasean por este barrio que es una mezcla de capitales europeas y grandes ciudades norteamericanas. Todo comienza en Plaza Italia, una suerte de dinámico “Boulevard Haussmann” o agitado “Picadilly”, donde las pequeñas, grandes y extravagantes boutiques de diseñadores contemporáneos recuerdan las exclusivas vidrieras del “Marais” parisino o las del “Soho” neoyorquino. Sus callecitas y pasajes también evocan la bellísima Roma durante el verano. Sus bosques de cincuenta hectáreas, los pulmones de la ciudad, diseminados entre el club de golf, el campo de polo, el velódromo y los jardines de flores, recuerdan las amplias y verdes reformas del Barón Haussmann llevadas a cabo en París durante el siglo XIX.
El barrio de Palermo es muy occidental y también bastante rico. Si acaban de llegar de una gran ciudad europea notarán que el paisaje no es muy distinto. Basta con pasear por el barrio para encontrar lo más cool de la argentina y sus locuras. Deambulen por las calles adoquinadas o relájense en el Jardin Japonés o en el Parque Tres de Febrero.
Entre nuestros preferidos para recargar las pilas después de una buena caminata, les aconsejamos el Post y sus paredes recubiertas de graffitis o la panadería-pastelería de especialidades francesas Cocu. Si quieren leer tranquilos o trabajar con un buen café, Libros del Pasaje los recibirá en un espacio encantador.
Para los que buscan un “parate” rico en calorías, la propuesta culinaria es la parrilla Don Julio o los deliciosos tacos de la Fábrica del Taco. Los gourmets se inclinarán más bien por Las Pizarras y sus platos refinados o Casa Cavia, una casona antigua que ofrece también deliciosos platos.
Los amantes del arte tienen una cita en el Malba (Museo de Arte Latinoamericano), en el Museo de Arte Decorativo o en el Museo Sívori, en pleno parque Rosedal. Si les gusta la historia, no dejen de pasar por el Museo Evita. Palermo es conocido también por su hipodromo, su cancha de polo, «la Catedral», y su mezquita, regalada por el Rey Fahd a la Argentina.
Si lo suyo es la música, les encantará el espacio y la acústica del Café Vinilo o pueden disfrutar del Thelonious Club donde frecuentemente hay muy buenos recitales de jazz durante la semana y el fin de semana.
Para los que prefieren salir a recorrer la noche porteña, el patio de Soria les fascinará, como también el de Temple Bar y el de Isabel, siempre llenos de jueves a sábado. Nos encantan también las cervezas del Nola para tomar en la vereda, más al sur, del lado de Palermo Viejo.
Los más trasnochadores seguirán bailando hasta el amanecer en Liquid.
Ya tienen toda la data para vivir y disfrutar a pleno el barrio de Palermo. El barrio que sorprende a menudo, nos entretiene siempre y jamás nos decepciona. Pueden visitarlo en un solo día junto con el barrio de Recoleta.
FICHA BAC
El barrio en tres palabras: trendy, juvenil, gourmet
Lo destacado: Sus infinitos bares/restaurantes, las noches en Plaza Serrano, los hermosos bosques de Palermo
Nuestros restaurantes favoritos: Don Julio (por su carne), Las Pizarras (por su toque francés) y Casa Cavia (por su atmósfera elegante)
Nuestros bares/cafés preferidos: Soria (por su patio y sus tragos), Nola (por su buena onda y sus cervezas artesanales) y Temple Bar (por sus cervezas y su ambiente de pub)
Nuestros flechazos: La increíble oferta gastronómica y propuestas de arte/diseño que complacen a todas las audiencias.
Foto: Mauro Bertolotto
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