El alfajor, 9 datos del dulce clásico argentino

El alfajor es uno de los dulces argentinos más conocidos y populares a nivel local. El pequeño «sándwich» dulce con un generoso relleno puede volver adictivo. Acá develamos algunos datos para conocerlo mejor:

1. El alfajor argentino está compuesto de dos partes y un relleno dulce. Tiene innumerables variaciones como alfajor de maicena, negro o blanco, con coco, rellenos de mermelada de fruta o dulce de leche…

2. 900 millones de alfajores son vendidos cada año en Argentina. Sin duda forma parte de los clásicos de la comida local, a la par del mate, las facturas y el asado

3. La palabra alfajor tendría su origen en el vocablo árabe Al-Hasu, que designa un postre hecho de miel, pasta de almendras y nueces. Así, los árabes lo llevaron a Andalucía allá por el siglo VIII, y luego los andaluces lo trajeron a Argentina en el siglo XV. Luego cada provincia y región adaptó su propia versión: de distinto tamaño, espesor, con más de una capa de relleno y con nuevos gustos y coberturas.

4. A mediados del siglo XIX, el francés Augusto Chammas (sí, francés!), instalado en Córdoba, industrializó la producción del producto. Cien años más tarde, aparecieron las primeras marcas: Fantoche, Jorgito, Havanna… ¡Nacía un ícono nacional!

5. Se dice que un argentino consume en promedio 20 alfajores por año (cifra no verificada).

6. Carlos Marconi, el primer entrenador de Lio Messi; contaba que tenía un acuerdo con el joven futbolista: por cada gol que éste anotara le daría un alfajor… O dos si lo hacía con la cabeza. Anecdótico tal vez, pero da cuenta de la devoción argentina por tan rica golosina.

7. Hoy en día, las marcas de alfajores cuentan con tantas variantes como sea posible, con una capa de relleno o dos, cubiertos de azúcar glaseada o chocolate negro o blanco… Y por supuesto están los alfajores “premium” que posicionan a este bocado dulce entre las mejores obras de pastelería locales y aptos para la exportación.

8. Todos los argentinos tienen su preferido: tal vez el Terrabusi, una de las primeras marcas en producirlo industrialmente, el Bon O Bon para los más prácticos, el Cachafaz para los más gourmets, el Jorgito en sus tamaños grande o chiquito, el Suchard con relleno de mousse de chocolate… Y el mítico Capitán del Espacio que alguna vez fue difícil de encontrar en la capital, pero hoy está en la mayoría de los kioscos.

9. Y si prefieren comerlos sentados en algún café, las confiterías históricas como Los Dos Chinos o Las Violetas los sirven en sus originales meriendas con sello argentino.


 

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Julie Desbiolles
Julie Desbiolleshttp://lebonairargentin.wordpress.com
Voyageuse ayant posé ses valises pour quelques mois à Buenos Aires. J'aime connaitre et comprendre les histoires du monde, des plus insolites aux plus dramatiques, des plus anecdotiques aux plus universelles.
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